domingo, 7 de diciembre de 2014

XXII Congreso Español de Ornitología (SEO BIrdLife)


He venido a España esta semana para asistir al XXII  Congreso Español de Ornitología que organizaba la SEO en Madrid. Es el tercer congreso al que voy, pero al primero que iba sin un grupo de amigos o compañeros. 

























Yo he presentado un póster (colgado online aquí y aquí) sobre algunos de los resultados de mi tesina que estoy realizando sobre las aves que anillé en Paraguay.  La dinámica corriente en este tipo de congresos es colocarlos en una sala grande donde los asistentes se van paseando y los van leyendo, mientras que los autores tienen que estar al lado del suyo por si alguien quiere hacer alguna pregunta. 

Esta vez se ha cambiado esta dinámica, ya que existe una propuesta para reducir la huella de carbono del congreso hasta cero. Para ello, se ha pedido que mandemos los trabajos vía Internet para exponerlos de manera virtual en tres pantallas táctiles y que los congresistas pudieran ojearlos en los descansos. Además, para poder hacer preguntas, las sesiones de pósteres se convertían en una especie de comunicaciones breves de 3 minutos en los que se proyectaba tu póster y esperabas las preguntas.
  

Con respecto a esto, estoy bastante descontenta. En todas partes (página web, emails, horarios entregados, folletos, etc) te daban instrucciones de que NO iba a consistir en explicar cada póster, sino tan solo en esperar a que alguien te preguntara. Pues los moderadores nos pillaron por sorpresa diciéndonos que sí que teníamos que explicar el trabajo, y que no teníamos más que esos tres minutos. 

Ya no te puedes hacer una foto junto
a tu póster cuando lo cuelgas...
Las cosas así no se hacen. Eso se avisa. Y más si las instrucciones que llevan dando desde hace cuatro meses son las contrarias. No estoy molesta por haber tenido que explicar mi trabajo; en eso estoy contenta por haber tenido la oportunidad de se escuchada. Pero la organización ha sido muy mala en ese sentido. Uno tiene que saber a qué va para ir preparado y hacerlo lo mejor posible. Muchos de nosotros no tuvimos tiempo de expresar lo que nos hubiera gustado, porque no se nos había avisado, y hay que tener en cuenta que para muchos era la primera vez que participaban en un evento de este tipo.

Además, lo de las pantallas táctiles tenía también su parte mala. No sólo que se formaban largas colas, sino que estaban demasiado juntas y los corrillos de gente impedían el acceso a las que iban quedando libres. Por otra parte, pienso en la huella de carbono de la fabricación, mantenimiento y uso de esos aparatos, de la altura de una persona y con alta tecnología. ¿De verdad es menor que la impresión de una centena de pósteres?

Pero bueno, el congreso también tuvo sus cosas buenas. Vino a apoyarme mi director de tesina, Salvador Peris, que me trajo muchos recuerdos de mis amigos paraguayos y un par de libros que me olvidé en Paraguay; volví a ver a mi antiguo profe de Zoología y gran amigo, Tony, con quien recordé viejos tiempos y quien me animó a publicar alguna que otra cosilla y a seguir buscándome la vida en este campo tan difícil de la investigación; vi a Sergio, a quien conocí esta primavera en uno de los cursos que hice y con quien he continuado la amistad; y a David, que me ayudó a decidirme para aceptar la beca de Paraguay. Me alegro mucho de haberles vuelto a ver y haber compartido aunque fuera un ratito.

Con Tony hablando de lo humano y lo divino.
Si alguien quiere ver el resto de pósteres que se presentaron, puede pulsar aquí. Y el resto de materiales colgados aquí.